Cuando todo parece perdido en la relación conyugal, la chispa del amor vuelve a encenderse. ¡Disfruten los años juntos!
Por Sheyla Mosquera
Cuando te enamoras, tu corazón late indescriptiblemente. Sientes “mariposas” en tu estómago. Y cuando llegas al clímax es como si dejaras de ser materia física y te transformaras solo en energía positiva. Son emociones que algunas personas denominan: la chispa del amor.
Durante los primeros años del matrimonio, todo es perfecto, se vive a plenitud. Más aún cuando la pareja tiene a su favor la juventud. Y cuando el cuerpo está con vigor y no protesta por los problemas de la vida cotidiana.
Pero todos sabemos que el tiempo pasa, que el cuerpo va envejeciendo y que la relación matrimonial debe cultivarse. Por eso las parejas desde el inicio de la relación deben trabajar en conjunto para que cada día su amor se fortalezca y la llama del amor se mantenga encendida o al menos que no se apague.
Según la psicóloga clínica Cecilia Chávez Bowen, toda pareja pasará por crisis y puede distanciarse emocionalmente, por dedicarse a los hijos como prioridad o tratar de posicionarse en su profesión, entre otras. Y ese distanciamiento, a veces, no es notorio hasta que ya es irremediable.
“La intimidad es lo que nos diferencia de ser solo amigos o padres de familia. Es ese sentimiendo de complicidad, de conocerse plenamente, de confianza total, de gustarse y querer compartir tiempo de pareja”, dice Chávez.
Del mismo modo, el sexólogo Germánico Zambrano Torres asegura que lo ideal sería que la chispa del amor nunca se apagara o ni siquiera languideciera. Sin embargo, los hechos dicen lo contrario. Siendo de vital importancia en la vida de las parejas saber más sobre el tema, porque les permitirá detectar a tiempo cuándo empieza a declinar.
De ahí que el término “chispa del amor”se lo ha simplificado como una reacción química, en la que intervienen en zonas especiales del cerebro ciertas sustancias, como feniletilamina, dopamina, noradrenalina, oxitocina, vasopresina, etcétera.
Estas, dice Zambrano, tienen un efecto adictivo y obsesivo hacia la persona que se ama. Por supuesto, es algo mucho más complejo.
Aunque no es fácil definir a la chispa del amor, los que la tienen o viven el momento la refieren como algo maravilloso que los transporta a otra dimensión de sus vivencias.
Muy gratificante. Pero también angustiante al sentir que el otro es tan importante, siendo imperiosa la necesidad de compartir y fusionarse con su pareja.
“Esa intensidad del vínculo no dura mucho tiempo. Algunos investigadores dicen que 30 meses y otros 4 años. Algo debe haber, ya que se da un pico de divorcios y separaciones a los 4 años”, explica.
No permitas que la llama del amor se apague
Cuando en algunas parejas la chispa del amor se va apagando, se debe, según el sexólogo, a varios aspectos: el paso de los años, la rutina, las disputas, las crisis personales, olvidar los pequeños detalles importantes, los altibajos económicos, no tener proyectos en común y no haber construido un “nosotros”.
Asimismo, perjudican las pugnas de poder, la injerencia dentro de la relación de personas externas, ya sea familiares, amigos, discrepancias religiosas o filosóficas.
Incluso alguna desavenencia en la vida sexual o el darse cuenta de que el amor se fue o ya no hay el atractivo especial que los unió, etcétera.
Y es que la chispa del amor se apaga no necesariamente porque algún miembro de la pareja se haya enamorado de otra persona. No obstante, la infidelidad es un evento difícil de superar, pues algunos no lo logran y terminan separándose.
Sobre la rutina, Cecilia Chávez agrega que puede ser peor que una infidelidad porque es insidiosa. Y al contrario que una infidelidad, que se reacciona al enterarse, cuando la rutina se instaura en la vida de pareja, pueden pasar años en que se deja de ser felices, pero no se hace nada por “sacudirse”.
¿Es posible encender la chispa del amor?
Las parejas que se aman, se respetan y se mantienen unidas pese a la adversidad son seres que realmente se sienten valorados y acompañados en el camino de la vida.
“La relación conyugal es su prioridad. Como pareja lucen radiantes y pletóricos de felicidad, siendo sin proponérselo modelo para sus descendientes y de quienes los conocen”, dice el sexólogo.
Por eso es importante que la chispa del amor siempre esté encendida. No hay que verla solo como un proceso químico, sino como algo espiritual y respetuoso. No existe algo más hermoso que ver cómo un matrimonio ha construido un hogar feliz.
En consecuencia, el matrimonio no es fácil. Pero el amor todo lo puede, se sale adelante. Incluso si existieran limitaciones físicas. Lo importante es tomar la decisión de amar a la pareja como a sí mismo. No obstante, el amor debe ser recíproco y basado en el respeto y en la buena comunicación.
También hay parejas con fuertes dificultades, que si se lo proponen, pueden encender la llama del amor. Zambrano explica que si se dinamiza la relación en todas sus facetas y no solo en el aspecto sexual resulta mucho más fácil superar las contrariedades que surgen en la convivencia.
“Toda pareja que ha tenido una bonita historia de amor, puede encender la llama, nuevamente, si se ponen ese objetivo común. Uno solo no podrá lograrlo y si no se unieron por amor, tampoco”, agrega Chávez Bowen, quien además es especialista en orientación familiar y terapia de pareja.
La chispa se mantiene siendo realista
Si la pareja quiere mantener la chispa del amor encendida. Sí lo puede lograr, dice Zambrano, pero no al estilo de las películas o novelas de la televisión de tipo romanticoide, sino evitando cometer los errores antes mencionados.
Debemos recordar, dice Chávez Bowen, que antes de formar una pareja fuimos hijos o tuvimos otras parejas. Esto nos da un aprendizaje que llevamos al hogar y no siempre es positivo.
La psicóloga destaca que a veces llegamos con heridas en nuestro amor propio y eso nos hace ser demandantes o dependientes de nuestra pareja.
“O nos engañaron y actuamos alerta todo el tiempo, sin tener paz ni permitir a nuestro cónyuge que viva en paz”, anota.
Es así que para encender la llama del amor, menciona el sexólogo, se debe tener una visión realista donde se conjugan la pasión, el cariño o la verdadera intimidad y el compromiso de mantener el lazo que voluntariamente han construido.
Cada etapa de la vida en pareja tiene su encanto y esa chispa fluctúa con sus propias tonalidades. Desde novios, pasando por recién casados o unidos, la luna de miel, los primeros años con la llegada luego de los hijos, verlos y ayudarlos a crecer, y dejarlos volar a sus propias metas.
También cuentan los años dorados cuando las parejas tienen tanto para compartir de todo lo vivido, siempre hay algo nuevo que nos va a motivar a seguir mirando el futuro con nuestra pareja, con la satisfacción de haber cumplido con la vida.
Para que esto se haga realidad, anota Germánico Zambrano, en cada hogar hay que dedicar un tiempo y algo de esfuerzo para que esta empresa, la sociedad conyugal, progrese.
“Lamentablemente, a veces, nos damos cuenta tarde de que no hemos cuidado bien esta área y le dimos a lo mejor prioridad al éxito profesional, económico o social”, asegura.
Invierte tiempo y cuidados
Muchas personas, menciona Cecilia Chávez, anteponen el trabajo o los hijos a la relación. Olvidan que sin tiempo de pareja, un matrimonio no podrá sostenerse. Podrá ser de apariencias, pero si queremos uno con amor, tenemos que invertir tiempo y cuidados en él.
Nada gratis, sin esfuerzo, se valora. Pues hay que actuar pronto. “No esperes a tener el viaje “perfecto”, una escapadita puede lograr milagros en una relación desgastada”.
Igualmente, agrega, los que tienen niños pequeños, no esperen que crezcan para salir en pareja. Pidan ayuda a un familiar, contraten una niñera por horas y dense tiempo para sentirse bien juntos.
Recuerda, nunca es tarde. Aún las parejas más complicadas logran vencer obstáculos cuando los dos se sienten que son parte del mismo equipo y deciden remar en la misma dirección.
Chávez recalca que si ambos mejoran la comunicación, es decir, llegan al corazón de su pareja, la escuchan y valoran su palabra, se puede llegar a acuerdos en todas las áreas. “Todas las áreas de la vida son importantes y repercuten en la intimidad”.
Incluso, si hay enojo por problemas económicos, si hay celos o desconfianza, si hay resentimiento por diferencias en el trato a nuestra familia, si el trabajo nos agota, se va a sentir “en la cama” porque somos seres integrales.
Habla en un clima afectivo
De ello resulta necesario decir que si notas que las cosas no están bien en tu relación, es momento de hablarlo en un clima afectivo adecuado, según el sexólogo.
“Menciona primero lo que está bien y luego sugiere lo que te gustaría mejorar, sin que tengas un tono de crítica hacia tu pareja, añade. Pero si sigues estancado o no puedes solucionarlo, sería juicioso buscar ayuda profesional calificada, advierte.
Chávez recuerda que discutir es sano, son dos personas que pueden discrepar, pero buscan soluciones. Pelear, en cambio, es negativo, porque no busca solucionar sino imponer un punto de vista o reaccionar porque se siente agredido/a.
No temas ir a terapia de pareja
No es señal de que sean problemas insalvables, sino que alguien objetivo puede hacerles ver mejor el punto de vista del otro.
Así mejoran la comunicación y logran los cambios que necesitan, sin pasar más tiempo en peleas dolorosas.“Nadie es perfecto, pero siempre hay alguien que es perfecto para uno”, afirma Chávez.
“Los amantes perfectos no nacen, se hacen”, indica Germánico Zambrano.
Por eso él te sugiere leer el libro Marketing en pareja, de David Suriol y Miguel Janer. En el que se explica lo que vendría a ser reingeniería en el sistema familiar, el producto estrella, visión, misión y FODA, entre otros.
Tampoco olvides los siguientes puntos:
- Tu prioridad debería ser la relación de pareja.
- Construye el nosotros.
- Ten buena comunicación.
- Ten un proyecto de vida como pareja.
- No olvides los pequeños detalles.
- Conoce en verdad y valora a tu pareja.
- No descuides tu vida sexual, imprímele novedad y aventura.