Las Islas Galápagos: la casa encantada de los animales

Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad, es la casa de los animales. Y aquí los humanos aprenden a convivir con ellos de forma pacífica y compasiva. Las islas son el destino predilecto de muchos turistas, ya que les brinda paz y armonía.

Por Jackie Vargas

Es su casa. Y allí se sienten libres. Pero no solo lo sienten, lo son. Tienen la oportunidad de sumergirse libremente por el vasto océano como si esa mansión los volviera más grandes, más poderosos. 

Y la verdad es que lo hace. En ese paraje pueden ser ellos mismos. Nadan por las distintas profundidades, se alimentan, juegan, y observan a cientos de humanos visitarlos y admirarse por su belleza sin miedo a ser atacados.

Es que las Islas Galápagos de Ecuador son su hogar. Ellos son los residentes y los humanos los visitantes. Por eso se llaman las Islas Encantadas.

 

Aquí se encuentran los lobos marinos, quienes no solo juguetean entre ellos dentro del mar, sino que también descansan sobre cualquier parte de los muelles de San Cristóbal o Santa Cruz (dos de las islas habitadas). 

A veces incluso pasean en las aceras como personas o duermen plácidamente en cualquier banqueta. Descansan donde sea, sin preocupaciones ni temores. Eso sí, su olor a pescado los delata. Así la gente sabe que están cerca.

Por otro lado, se encuentran las reinas de las islas, quienes habitan tanto en la tierra como en el mar: las tortugas. Son enormes, y no solo de tamaño. Una puede llegar a pesar 400 kg, a medir hasta casi 1 metro y a vivir mil veces más. 

“Las tortugas fueron las especies que más me llamaron la atención. ¡Tienen unos caparazones enormes y son capaces de vivir hasta 200 años!”, cuenta Victoria Párraga, española, quien viajó a Galápagos a principios de este año por primera vez.

A las tortugas no parece importarles estar cerca de los humanos. No se preocupan de nada. En el mar, nadan junto a ellos pacíficamente con una soltura y tranquilidad exquisita. Por lo general se mueven solas. 

Pero, en Floreana, una de las islas ubicada al sur, existe una playa de arena blanca en la que no es permitido bañarse por dos motivos: Primero porque está llena de tortugas marinas que se encuentran estáticas, anidando; y segundo, porque en la orilla las rayas son las dueñas de aquel mar profundo y turquesa.

Islas encantan y atrapan

Galápagos, declarado Parque Nacional, no es solo la casa de miles de especies endémicas, sino que es el lugar que permite a los humanos adentrarse a su mundo y aprender a convivir con los animales de manera pacífica y compasiva. 

Todos los días se realizan tours a las distintas islas para hacer snorkeling, caminatas, observaciones, buceo, etc. Y tanto en el snorkeling como en el buceo se pueden observar y nadar con tiburones de punta blanca, mantarrayas, rayas, tortugas, tiburones martillo, delfines, lobos marinos, estrellas de mar, peces, pulpos, entre otros.

Y es que las islas encantan y atrapan a todo aquel que las visita. Y a los que aún no las visitan también. Celia Elhazaz, de Madrid, confiesa que “no sabe por qué”, Galápagos siempre la ha llamado. Hay algo en ese lugar, que, pese a no haber visto tantas fotos de él, la atrae y hace que lo tenga como su destino más añorado. La magia se siente incluso a la distancia.

Y una vez allí, más aún. Al parecer, al adentrarse al mundo animal, al conocer la vida debajo del mar y/o disfrutar de la arena blanca y el mar azul profundo, los visitantes sienten una desconexión real de los problemas cotidianos y una conexión con el presente. Se funden con la naturaleza y, allí, encuentran un refugio.

“Desde que llegué a Galápagos sentí algo diferente, pero no sabía muy bien qué era. Hasta que fuimos a ver las tortugas gigantes y luego a Santa Cruz que pude percibir que el contacto con los animales y la forma en que los cuidan y protegen transmite mucha paz, confianza y humildad”, agrega Victoria, quien desbordaba felicidad con cada animal nuevo que observaba o cada actividad que realizaba.

Sin embargo, el miedo también se apoderó de ella. El primer día de snorkeling tuvo un poco de temor al sumergirse a algo completamente desconocido, pero al poco tiempo de estar dentro de allí y observar la infinidad y belleza del mundo marítimo, se sintió libre. 

Incluso, lágrimas de emoción rodaron por sus mejillas cuando pudo ver a más de 7 delfines nadando alrededor del barco, jugueteando y saltando como si no quisieran irse de allí. “Estoy demasiado feliz. Nunca había visto algo así. ¡Es increíble!”, dijo.

Galápagos es el destino perfecto para huir del estrés

Mientras tanto, para los ecuatorianos, Galápagos es el destino perfecto para huir del estrés de la ciudad. Sara Oquendo, psicóloga y poligrafista, está enamorada de las islas, ya que allí se reencuentra siempre con ella misma, y con su amor por el mar y los animales. Intenta ir todos los años y no se cansa. Su isla favorita es Isabela, ya que allí respira más la tranquilidad y originalidad de Galápagos, por el silencio, la cantidad de habitantes (2.000) y la poca fiesta, a diferencia de Santa Cruz.

Eso sí, si bien Galápagos puede ser un destino de desconexión o reconexión, siempre hay reglas. Todo está hecho y pensado para los animales y para la protección de la fauna y flora. Una de las reglas principales es que no se puede tocar ni dar de comer a ningún animal. En caso de que alguien lo haga, podría ser sancionado con una multa. “Por favor no tocarlos ni molestarlos, aún así se acerquen mucho”, recalcan siempre los guías durante las excursiones.

Otra regla fundamental es que ningún turista puede llevarse nada de las islas. Ni una piedra, concha, bolsa con arena o menos un animal. El año pasado hubo un caso en el que un policía ecuatoriano fue detenido por traficar 185 crías de tortugas en una maleta. Por este tipo de infracciones, la multa puede ser de 1 a 3 años de prisión.

Entre islas también hay mucho control. Especialmente con lo que se transporta. En el muelle, antes de subir al bote, siempre se le pregunta al turista si lleva consigo frutas, ya que existe un especial cuidado con lo que se planta en cada lugar. Nada puede alterar el orden de su flora y fauna.

Permanencia en las Islas Encantadas

Las Islas Encantadas viven del turismo, y muchos quisieran vivir allí, pero no cualquiera puede hacerlo fácilmente. Ni siquiera los mismos ecuatorianos. El Gobierno de Galápagos establece que el turista nacional o extranjero solo puede permanecer en la provincia e ingresar por varias veces, hasta cumplir 60 días improrrogables en el año, contados a partir de la fecha de su primer ingreso a la provincia.

Pero todo esto es parte de la magia. “Galápagos es un paraíso. Lo que más me impresionó fue el respeto y cuidado que se tiene por toda la flora y fauna en cada rincón. Creo que, si en todos los lugares de la tierra priorizáramos a los animales y plantas como allí, el mundo sería un lugar mucho mejor”, concluye Victoria.

Galápagos, Patrimonio Natural de la Humanidad, declarado por la Unesco en 1978, es uno de los lugares más importantes para visitar de Ecuador, y el encanto de muchos turistas. Si bien no es el lugar más económico del país y los extranjeros deben pagar 100 USD de entrada al parque, el sentimiento de liberación que transmite, el bienestar mental que brinda y el poder de hacer que humanos y animales convivan armoniosamente hace de este lugar un universo único y mágico.

Consejos para viajeros

Pasaje aéreo

• El pasaje, desde Ecuador continental, hasta Galápagos debe ser personal e intransferible, de ida y vuelta.
• Las tarifas promocionales para ecuatorianos son siempre no reembolsables, ni endosables.
• Las tarifas para extranjeros son más altas. Permiten reembolso, nunca endoso.

Aeropuertos

• Llena la TCT (Tarjeta de Control de Tránsito). Cuesta $20 por persona.
• Al llegar a Galápagos los extranjeros deben cancelar una tasa de $100 para entrar al Parque Nacional Galápagos. Mientras que los turistas nacionales $6 los adultos y $3,50 menores y tercera edad.  
• En Galápagos hay tres aeropuertos situados en las islas Baltra, Isabela y San Cristóbal. 
• En Baltra y San Cristóbal solo reciben vuelos directos de Guayaquil y Quito.  El de Isabela solo privados para conectar las 3 islas más pobladas.
• Si viajas desde el aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo de Guayaquil, situado en Ecuador continental, hay que tomar un vuelo nacional sin escala. Llegarás en una hora y media al aeropuerto más cercano.
• Si viajas desde el aeropuerto internacional Mariscal Sucre de Quito, con escala en Guayaquil, te tomará dos horas y media en llegar. ¿La razón? De Quito a Guayaquil son 45 minutos de vuelo y hacen escalas de espera en Guayaquil para recoger pasajeros. Sin embargo, hay vuelos directos desde Quito que toman 2 horas. 
•  Si sales desde el aeropuerto Mariscal Lamar de la ciudad de Cuenca aterrizas en Quito y luego con destino a la isla Santa Cruz en el aeropuerto Seymour de Baltra. O puedes viajar desde Cuenca por tierra hasta Guayaquil, que son 3 horas por carro y tomar el vuelo hacia Galápagos.
• Los aeropuertos de Manta, Loja y Santa Rosa solo conectan por Quito hacia Galápagos.

Mejores meses para viajar

• Por el clima: De diciembre a abril. Pero Galápagos tiene el mismo clima que la Costa ecuatoriana de mayo a septiembre debido a las corrientes frías.

• Por el precio: Se encuentra mayor disponibilidad de febrero a abril, comprando de manera anticipada. Aunque, en realidad, los precios son los mismos durante todo el año. La diferencia está en la compra anticipada con la que se haga.

Hoteles y hostales

• Debes reservarlos con tiempo.
• Para ingresar a Galápagos es necesario tener reserva de alojamiento, a menos que llegues a casa de familia o amigos.

 Comida

• Te puede costar desde 5 dólares hasta 30 dependiendo del restaurante. 
• Hay comedores o restaurantes de hostales que ofrecen almuerzo menú por $5 o $6.
• Si deseas comer en un restaurante de mejor categoría, siempre será comida a la carta.

Costo del agua

• Una botella de agua cuesta entre 1 y 3 dólares.  Pero algunos hoteles y hostales tienen sus dispensadores de agua para sus huéspedes, quienes pueden rellenar sus termos fácilmente.

Tours

• Hay planes desde 30 hasta 200 o más dólares. 

• En Puerto Ayora (Santa Cruz) y Puerto Baquerizo Moreno (San Cristóbal) hay algunos tours operadores que ofrecen excursiones a las diferentes islas. Su costo varía de la isla a visitar, de la actividad que se realice y del tiempo que conlleve.  Por ejemplo:

• Ir a Tortuga Bay te saldrá gratis si caminas 45 minutos de ida y 45 minutos de vuelta. O $30 si tomas un yate que te lleva en 15 min y te hace un tour por la bahía.

• Una excursión a la isla Bartolomé desde Puerto Ayora. Sin buceo te puede costar unos $130 o si buceas, te aumenta el costo de la inmersión que son aproximadamente $200.

• Desde Puerto Baquerizo Moreno una excursión marítima que le da la vuelta a la isla está por los $200 por persona y son 8 horas de actividad. O una excursión en carro que visita los lugares altos de la isla cuesta unos $30 sin alimentación.

En Guayaquil:

• Se ofrecen programas básicos para nacionales y residentes que incluyen boleto+3 noches de hotel+desayunos+excursiones terrestres a lugares de interés cercanos a la isla donde se llegue por $499. Es una tarifa fija que se tiene.

• Se ofrece también cruceros amigables para visitar las islas que no están habitadas. Su precio puede variar entre $1.100 por 3 noches a $1-600 por 4 noches. El Parque Nacional Galápagos tiene más de 20 islas, solo 4 están pobladas.

• Los costos dependerán de los lugares que se visiten.

Fuentes: Consejos para Viajeros, Lcda. Sandy Avilés Álvarez, agente de Viajes Nacional e Internacional. Teléfonos: (593) 99-974-8299; (593) 99-142-4930. Skype: sandyavilesalvarez. Fotografía de portada: www.dianamirandadph.com