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La microbiota intestinal se comunica con el cerebro a través del eje intestino-cerebro. Los científicos dicen que si la cuidas tendrás una mejor salud.

Por Sheyla Mosquera

La microbiota intestinal y el cerebro se hablan a diario enviándose información a través del eje intestino-cerebro.  Los investigadores indican que si esta permanece en óptimas condiciones el organismo experimenta bienestar.

Pero si no está sana, es porque existe un problema que puede estar asociado con trastornos autoinmunitarios, alergias, estrés, depresión o ansiedad, entre otros. Incluso, se conoce que la microbiota del intestino comanda el estado emocional de las personas.

El estudio titulado Los microbios intestinales y el cerebro: cambio de paradigma en neurociencia menciona que “si bien los factores estresantes psicológicos y físicos pueden afectar la composición y la actividad metabólica de la microbiota intestinal, los cambios experimentales en el microbioma intestinal pueden afectar el comportamiento emocional y los sistemas cerebrales relacionados”.

Por eso, la investigación destaca la importancia de abordar esta interacción intestino-cerebro, para comprender la importancia de la microbiota intestinal en la salud global. 

¿Qué es la microbiota intestinal?

Según la doctora ecuatoriana Nelly Intriago Zurita, especialista en Gastroenterología, la microbiota intestinal también se la conoce como “flora intestinal”. Y se refiere a la existencia de microorganismos buenos que habitan en el tracto gastrointestinal.

La gastroenteróloga Nelly Intriago Zurita trata los desequilibrios que ocurren en la microbiota intestinal o el segundo cerebro.
Dra. Nelly Intriago.

Se estima que hay aproximadamente 100 billones de microorganismos, sobre todo, en el intestino. Entre ellos: bacterias, virus, hongos y otros microorganismos. Incluso la cantidad puede variar entre personas y a lo largo del tracto gastrointestinal.

La población microbiana, agrega, desempeña un papel fundamental en la salud y el funcionamiento del sistema digestivo; así como en diversas funciones fisiológicas de nuestro organismo, tales como:

  • Digestión de los alimentos: Descompone los alimentos no digeribles realizando la digestión de nutrientes esenciales como vitaminas y minerales facilitando su absorción. Es importante destacar que algunas cepas bacterianas producen vitamina B12, que es necesaria para diversas funciones metabólicas, y vitamina K, que es imprescindible para la coagulación sanguínea.
  • Regulación del sistema inmunológico: Se ha visto que una alteración podría ocasionar trastornos autoinmunitarios y alergias.
  • Influencia en la salud mental: Se debe a que existe una conexión con esta, conocida como eje intestino-cerebro, lo cual puede influir en el estado de ánimo y el bienestar emocional. Por tal motivo, se la considera un “segundo cerebro” cuyo desbalance podría producir depresión o ansiedad.
  • Protección contra microorganismos dañinos: Actúa impidiendo la proliferación de bacterias, virus y hongos, que tenemos en el sistema digestivo, especialmente en el intestino grueso, evitando el riesgo de infecciones intestinales.

¿Por qué las emociones se sienten en la barriga?

Imagen de un cerebro con una neurona.
En el intestino hay una gran cantidad de células nerviosas llamadas neuronas. Por eso lo llaman segundo cerebro. Imagen de macrovector en Freepik.

Para el neuropsiquiatra Eduardo Santillán Sosa, Ph. D., cada vez existe mucho mayor convencimiento de la existencia del eje intestino-cerebro. Este consiste en una red de comunicación bidireccional entre el cerebro, el intestino y el sistema nervioso central (SNC).

En los intestinos tenemos una gran cantidad de neuronas (células nerviosas), razón por la cual se le denomina el “segundo cerebro”. Estas células son fundamentales, ya que procesan y transmiten la información a través del sistema nervioso.

Dr. Eduardo Santillán Sosa es experto en neuropsiquiatría y neurociencias.
Dr. Eduardo Santillán.

En los intestinos, agrega, también habitan la mayoría de las células inmunocompetentes del organismo. Por lo tanto, aquí se halla el sistema inmunitario más importante de las personas adultas.

Santillán explica que el intestino posee tejido nervioso que está relacionado con el sistema nervioso autónomo (simpático y parasimpático). Por este motivo, las emociones se sienten en la barriga.

La microbiota es muy importante en la modulación del eje intestino- cerebro, ya que tiene funciones que impactan directamente en el cerebro como también en el intestino. Se crean neurotransmisores, sustancias neuroactivas y ácidos grasos de cadena corta como el butirato, pues protegen la capa mucosa del intestino, entre otros”.

Cuando la microbiota tiene bacterias buenas, los intestinos crean un gran porcentaje de neurotransmisores. Como, por ejemplo, la serotonina conocida como la hormona de la felicidad que ayuda a dormir o a estar en calma, entre otras funciones.

A través del eje intestino-cerebro se envía una señal al cerebro para que ordene a las bacterias buenas actuar y producir serotonina. Pero, solo ocurre si la persona come fibras solubles en agua y antioxidantes.

No obstante, si las bacterias se alimentan con azúcar o alimentos refinados o procesados. Estas producen un neurotóxico llamado ácido quinurénico que compite con la serotonina. Así se originan algunas enfermedades como la ansiedad o depresión, entre otras.

El estrés, refiere Nelly Intriago, altera funciones gastrointestinales, tales como la motilidad, permeabilidad, sensibilidad visceral y la microbiota intestinal. Por lo tanto, es importante tener la microbiota del intestino sana, ya que es un factor clave para mantener el bienestar físico y mental del ser humano.

“La alteración de la composición de la microbiota hace que la pared del intestino se encuentre permeable, lo que incide en nuestra conducta y emociones”, dice Santillán, quien menciona las siguientes evidencias:

Un estudio fenomenal se realizó con ratones de dos tipologías: unos muy valientes, fuertes y reactivos; los otros muy tímidos, miedosos, apocados que no se atrevían ni siquiera a explorar.

Se realizó un intercambio de la microbiota intestinal entre los ratones de un grupo con el otro, los ratones valientes se volvieron cobardes y los cobardes se constituyeron en valientes.

Otra investigación consistió en trasplantar microbiota de personas depresivas a ratones normales. Con ese procedimiento los ratones normales se volvieron depresivos. Ratificando el gran valor de la microbiota en su relación cerebro-intestino o intestino-cerebro.

Al respecto, la doctora Nelly Intriago cree que en investigaciones futuras la manipulación de la microbiota podría ser un enfoque terapéutico para trastornos neuropsiquiátricos. A su vez, contribuye a la creciente comprensión de la influencia de la microbiota intestinal en el bienestar físico y emocional.

¿Qué altera la microbiota intestinal?

Existen varios factores que alteran la microbiota intestinal. La gastroenteróloga Nelly Intriago destaca los siguientes:

  • Una dieta pobre en fibra, alta en grasas y azúcares que puede afectar la diversidad y composición de la microbiota intestinal.
  • El abuso de antibióticos, ya que pueden alterar la microbiota intestinal al eliminar tanto bacterias patógenas, como beneficiosas.
  • El estrés prolongado, puede contribuir a cambios en la composición y función de la microbiota intestinal.
  • El estilo de vida sedentario.

Cómo cuidar al “segundo cerebro”

Joven muestra en una mano una barra de chocolate y en la otra está oliendo una verdura.
Foto: Por karlyukav en Freepik.

Para ayudar a la microbiota y que tú puedas mantener una mente clara y pacífica, los doctores Nelly Intriago y Eduardo Santillán sugieren:

  • No sigas una dieta pobre en fibra, alta en grasas y azúcares, porque podría afectar la diversidad y composición de la microbiota intestinal.
  • Consume alimentos con probióticos beneficiosos.
  • Ten cuidado con el uso de los antibióticos. No abuses de ellos, ya que podrían alterar la microbiota intestinal, al eliminar tanto las bacterias buenas como las malas. Úsalos solo bajo supervisión de una profesional de la salud.
  • No te estreses, ya que provoca reacciones inflamatorias y autoinmunes que alteran el funcionamiento normal de la flora intestinal. Por eso crea una actitud tranquila frente a la vida.
  • Merienda temprano antes de las 8 pm. para favorecer una buena digestión, eliminación de toxinas y tener un regenerador descanso nocturno.
  • Mastica los alimentos de manera adecuada y con pausas.
  • Descansa lo suficiente, el sistema nervioso está estrechamente relacionado con la macrobiótica intestinal. Si te esfuerzas en cultivar una forma de vida bien compensada a nivel de actividad y descanso, con espacios para poder relajarnos, estarás ayudando a que tus intestinos funcionen mejor.
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