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Foto:Towfiqu Barbhuiya en Pexels

Si tienes 40 años, presta atención a los dolores, crujidos o inflamaciones en tus articulaciones. Una afección llamada osteoartritis puede ser la razón. No existe cura, pero sí tratamientos para aliviarla.

Por Sheyla Mosquera

Cuando Juan Carlos cumplió sus 40 años, aún se resistía a creer que padecía de osteoartritis (OA). La esperaba quizás a los 75, tal como la presentó su abuelita paterna.

Es una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Los tejidos se inflaman y se deterioran con el paso del tiempo, provocando una reducción de la movilidad.

Su abuelita los sintió en las piernas hasta cojear. Eso hizo que se prendieran las “alarmas familiares” y empezaron los chequeos.

Las investigaciones determinaron que los dolores se debían a una fricción entre la cabeza del fémur (parte inicial del hueso de la cadera) y la cavidad o copa de la cadera (acetábulo) derecha. Pues la OA había provocado que desapareciera el cartílago entre las dos partes de la articulación.

La solución del médico traumatólogo fue reemplazar la cadera dañada por una prótesis. De esta manera, el dolor iba a desaparecer. No obstante, debía someterse a terapia de rehabilitación, pero no la completó.

Eso derivó en la disminución de su movilidad. Fue así que, lenta y de forma progresiva, fue perdiendo musculatura. Hasta que, ocho años después, ya no pudo moverse.

A Juan Carlos le aterra pensar que le sucederá lo mismo. No quiere terminar como su abuelita postrada en una cama, con cirugía, sin fuerzas y con dolores en las articulaciones.

“Son razones suficientes para cuidarme. Sobre todo, porque a mi padre le diagnosticaron la enfermedad a los 62”.

¿Y la osteoartritis de Juan Carlos?

El médico reumatólogo le prohibió a Juan Carlos realizar movimientos bruscos. Si los lleva a cabo, siente inmediatas contracturas y dolores fuertes.

Hacer fuerza, cargar o coger objetos pesados tampoco puede. Menos usar zapatos inadecuados, correr o practicar deportes de alto impacto.

Si no cumple las indicaciones causará un desgaste articular prematuro. Sus articulaciones se lesionarán con más frecuencia y a una edad más temprana. “Solo puedo practicar una simple caminata y natación”, asegura.

También, cuenta Juan Carlos, sufre de dolores en la región lumbar, por la osteoartritis y por la inflamación del nervio ciático. El nervio está siendo aplastado por el disco intervertebral (disco de cartílago que separa las vértebras) en la zona lumbar que le genera molestias tremendas en ambas piernas.

El médico le recomendó bajar de peso, mejorar la postura, y dormir de lado y boca arriba. “No me resulta del todo cómodo, pero funciona”.

Sin embargo, la mayor preocupación de él es saber que esta enfermedad no tiene cura. Por esa razón, busca entenderla mejor, obtener alivio a los síntomas y lograr una vejez cómoda.

¿Por qué la osteoartritis aparece a los 40?

La osteoartritis se presenta en mayor porcentaje en personas mayores.
Foto: Matthias Zomer en Pexels

 

Según el reumatólogo Mario Moreno Álvarez, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Luis Vernaza, los estudios indican que la edad más frecuente de presentación de la osteoartritis es alrededor de los 40 años. Y en muchas mujeres coincide con el inicio de la menopausia.

La prevalencia de la enfermedad se incrementa con la edad. Desde los 55 hasta los 60 años puede llegar al 50%. Y a partir de los 70 a 80 a un 70%. “Siempre es más frecuente en mujeres que en los hombres”.

El doctor Mario Moreno es un reumatólogo que trata problemas relacionados con la osteoartritis.
Dr. Mario Moreno

Con relación a la herencia, explica el doctor Moreno, algunas formas de OA tienen un alto perfil hereditario. Un 40 a 80% como, por ejemplo, en la osteoartritis erosiva de manos u osteoartritis de cadera. La obesidad quizá sea el mayor factor de riesgo después de la edad y la herencia.

La OA se limita a las articulaciones y no afecta a otros órganos y sistemas. Las articulaciones que más se dañan son: manos, rodillas (lo más frecuente), columna cervical y lumbar, caderas y pies.

En Ecuador, un estudio llevado a cabo por Guevara S y col, en las áreas urbana y rural de la ciudad de Cuenca, determinó una prevalencia de osteoartritis de rodillas del 7,4% y de manos del 5,3%. 

¿Cómo empiezan los síntomas?

El síntoma más frecuente es el dolor en las articulaciones o alrededor de estas. El malestar es de tipo “mecánico”; es decir, que aumenta con la actividad y disminuye con el reposo. También puede empezar con crujidos en las articulaciones.

A veces, menciona Moreno, el paciente experimenta una “molestia articular” que no sabe definir. Se acompaña con frecuencia de “rigidez” o “envaramiento matinal” de la articulación afectada, que en osteoartritis dura unos pocos minutos.

Mientras más avanzada es la patología, peor es la rigidez a la mañana y en el posreposo, indica el especialista.

“La tiesura se debe en parte a la contractura de los músculos y tendones periarticulares”.

Incluso, a veces, hay inflamación articular con aumento de líquido sinovial (viscoso y transparente) dentro de la articulación. Y, en esos casos, el dolor es mayor, al igual que la rigidez. 

¿Qué pasa si avanza la osteoartritis?

La osteoartritis causa dolor en la articulaciones de las manos.afecta a la articulaciones de las manos.

Si la afección progresa, aparecen las deformidades articulares. Las más típicas se presentan en los dedos de las manos y se conocen como nódulos de Heberden y Bouchard. Las rodillas se pueden deformar en varo (deformidad en O) o valgo (deformidad en X); y en los pies aparecen: juanete, juanetillo, dedos en martillo, espolones calcáneos, entre otros. 

Todos estos síntomas y signos, añade Moreno, son de muy lenta progresión; es decir, en años. El individuo va notando, poco a poco, que ya no tiene la agilidad de antes.

Incluso que posee cierta dificultad al realizar actividades de la vida diaria, como subir o bajar escaleras, acuclillarse, sentarse en el piso o no poder realizar algún deporte que hacía con frecuencia.

Diagnóstico clínico-radiológico 

El doctor Moreno destaca que se sigue buscando algún parámetro clínico o de laboratorio que permita diagnosticar de manera temprana a la osteoartritis. O predecir quién la va a desarrollar. Pero, sin éxito.

Menciona que los estudios novedosos de genómica en tejidos. Donde se estudian células, metabolitos y material genético. Seguramente, nos permitirán en el futuro predecir formas tempranas o incipientes de osteoartritis.

Las pruebas de laboratorio para diagnosticar la enfermedad, añade el médico, son de limitada utilidad. Sin embargo, sirven para descartar otros tipos de artritis o bien detectar causas secundarias.

“La suma de los síntomas y signos ya mencionados, más los datos de radiología convencional, nos lleva, en la mayoría de casos, a confirmar el diagnóstico”.

También otros métodos radiológicos, como ultrasonido, resonancia nuclear magnética y tomografía computariza, nos permiten realizar un diagnóstico más temprano y de certeza.

¿Cómo se trata la osteoartritis?

La reumatóloga Sara Vargas posa en su consultorio. Ellas es experta en osteoartritis.
Dra. Sara Vargas

La osteoartritis no tiene cura. El tratamiento va dirigido a aliviar el dolor de la articulación afectada, a mejorar el rango de movimiento y a ayudar a quien la padece a participar de sus actividades de la vida diaria, dice la reumatóloga Sara Vargas López.

También, ayuda a disminuir el riesgo de discapacidad y a mejorar su calidad de vida. No obstante, requiere de un equipo multidisciplinario. Y, como papel fundamental, la educación del paciente para que conozca su enfermedad y los cuidados a seguir.

“Hay que insistir en la práctica del ejercicio físico (de bajo impacto), bajar de peso, en caso de ser necesario, usar el calzado apropiado, utilizar auxiliares de la marcha, protección y realineación de la articulación”.

La doctora Vargas asegura que no existen al momento tratamientos que alteren o retarden el daño articular progresivo en esta enfermedad.

La “medicina regenerativa” propone alternativas que necesitan ser demostradas por medio de más estudios científicos de alta calidad. Así podrán ser recomendados por los organismos competentes para su aprobación e indicación.

Opciones de medicamentos

Diferentes pastillas para tratar a la osteoartritis.

Antiinflamatorios no esteroideos: Con efecto analgésico y antiinflamatorio. Son efectivos a corto y largo plazo. Además, son la primera línea de tratamiento, así como los de uso tópico. Pero no se debe abusar de ellos, porque tienen alto riesgo de complicaciones cardiacas, renales y gastrointestinales.

Corticoides intraarticulares: Para el pronto alivio de la inflamación y dolor. Se recomiendan para osteoartritis de rodilla, hombros, tobillos y caderas.

Analgésicos: Como el paracetamol está indicado para el dolor leve a moderado. Dosis hasta 3 gramos/día.

Opioides: Con eficacia menor a los antiinflamatorios no esteroides. Son una muy buena alternativa en casos de intolerancia o contraindicación a los mismos, aunque hay que tener muy en cuenta los eventos adversos.

Glucosamina, sulfato de condroitin: Son en realidad suplementos alimenticios empleados para reducir el dolor, pero con menor o igual potencia que el efecto de los antiinflamatorios no esteroideos. No han demostrado modificación en la progresión del daño estructural del cartílago.

Sulfato de condroitin: Puede ser para osteoartritis de manos para alivio del dolor y mejorar funcionalidad.

Extractos de insaponificables de soya y palta: Indicado para alivio del dolor.

Colágeno hidrolizado: Tiene insuficiente evidencia para recomendarlo para el tratamiento de osteoartritis.

Ácido hialurónico intraarticular: Para alivio del dolor. A diferencia de los glucocorticoides intraarticulares, su efecto es mayor luego de 6 meses. Ambos son similares en el beneficio funcional, y los dos son relativamente seguros. Sin embargo, el tratamiento con ácido hialurónico es de mayor costo.

Colocar prótesis o alinear las articulaciones

El Dr. Walter Morán es especialista en traumatología.
Dr. Walter Morán

Para el traumatólogo Walter Morán Perdomo, existen varias opciones quirúrgicas para tratar a los pacientes con osteoartritis. Pero depende de algunos factores como edad, grado de movilidad de la articulación, entre otras, para considerar cuál es la mejor.

Si el problema, por ejemplo, está en las rodillas, se podría realizar una osteotomía que consiste en hacer cortes en los huesos para alinear las articulaciones. Esta cirugía mejora el dolor y le da una mejor calidad de vida.

No obstante, el camino final de la enfermedad es la colocación de prótesis como la solución más efectiva, ya sea en las rodillas o en las caderas; existen en el mercado un sin número de ellas.

“Previo al procedimiento quirúrgico se investiga por una historia clínica exhaustiva el origen de la osteoartritis. Si es consecuencia de una afección, antecedentes familiares con esta enfermedad, el uso de cortisona, que desgasta el cartílago, entre otras”.

Imagen de radiografía en una pantalla de computadora donde tal vez existe dolor por  osteoartritis.
Foto: Antoni Shkraba en Pexels

Los pacientes con un mejor pronóstico, tras ser operados, son los que no tienen enfermedades de fondo como la diabetes, osteoporosis, entre otras, que podrían influir en el resultado final.

Pero aquellos que poseen sobrepeso, por ejemplo, y requieren el empleo de una prótesis de rodilla, esta provocará una sobrecarga en la articulación, se desgastará más rápido y se podría aflojar. Eso significa que tendrán que ser cambiadas.

 “Unas prótesis en promedio tienen una duración de 15 años”.

 Después de la operación, comenta Morán, siempre hay que someterse a fisioterapia.

 “El resultado final va a depender no solamente del traumatólogo, sino también del paciente que tiene que ser muy colaborador y del trabajo del fisioterapeuta”.

La prótesis, dice, está destinada a mejorar la marcha, la masa muscular, movilidad articular y el equilibrio. El primer objetivo es quitar el dolor al enfermo y el segundo devolverle una mejor calidad de vida.

El número de sesiones de fisioterapias va a depender de la evolución de cada paciente, el médico decidirá en conjunto con el fisioterapeuta cuántas necesitaría, podría ser de 3 a 4 semanas.

Tratamiento con células madres

Desde hace años se viene proponiendo la inyección intraarticular de plasma rico en plaquetas y/o células madres autólogas en el tratamiento de osteoartritis, según Mario Moreno, quien además es past-presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Reumatología.

Si bien es cierto, agrega, estos tratamientos han tenido un relativo éxito en modelos animales (se usaron primero en medicina veterinaria). No ha sido el caso en los modelos humanos de osteoartritis, donde es evidente la falta de estudios clínicos de solidez científica.

Incluso, dice, hay una verdadera carencia de procedimientos estandarizados para la obtención del plasma rico en plaquetas, así como también de tejidos apropiados para la extracción de células madres.

De ahí que las diferentes asociaciones científicas del mundo, llámese Colegio Americano de Reumatología, Liga Europea contra el Reumatismo y Asociación Americana de Ortopedia, entre otros, contraindican su uso.

“En opinión personal. Este tipo de tratamiento tiene su potencial utilidad. Pero, sobre todo, en etapas tempranas de la enfermedad, donde el daño articular no está tan avanzado”.

Hasta tanto, concluye Moreno, habrá que esperar la prueba del tiempo y la realización de ensayos clínicos de mejor calidad científica para poder confirmar o descartar su verdadero sitial en el tratamiento de esta frecuente enfermedad.     

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