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El aumento de peso empieza en diciembre previo a las festividades navideñas y de Año Nuevo. Es posible evitarlo si aprendes a controlar la ansiedad, el estrés y a medir lo que comes.

Por Sheyla Mosquera

Navidad es la celebración perfecta para ser feliz. No necesitas estresarte si no puedes dar regalos materiales. Lo más importante es celebrar su verdadero sentido: El nacimiento de Jesús, el hijo de Dios.

Empieza por darte el mejor regalo a ti mismo. ¿Qué te gustaría?: Paz, amor, unión familiar, bajar de peso, comer o una mascota a la que puedas cuidar. Pero también debes preguntarte qué tanto estás haciendo para lograr que llegue ese presente a tu vida.

Cuando alguien no está bien consigo mismo y le atormenta algún problema, lo más probable es que tienda a comer en exceso y a ganar peso. Se suma a ello la gran sensibilidad que se siente por la época navideña.

Diciembre es el inicio de las reuniones entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. En ellas nunca falta la rica comida, el vino y los postres que te llevan al cielo.

Si eres una persona disciplinada, tranquila y piensas en tu salud, los alimentos que te brindan no te afectarán porque mides lo que comes. Sin embargo, si sufres de ansiedad y te estresas con facilidad, comer te relajará, pero irás hacia el camino del aumento de peso.

Etapa de gran promoción y consumo comercial

Mujer con los ojos cerrados huele un adorno navideño.

Para la médico nutricionista Mariuxi Egas Miraglia, Navidad es una de las épocas más hermosas del año porque se recuerda la Natividad de Dios hecho Hombre. No obstante, en los últimos años se ha convertido en una etapa de gran promoción y consumo comercial.

En el comercio, dice, se genera una sobreoferta de imágenes de todo tipo de productos que se promueven a lo largo de esta época, que se la considera adecuada para recuperar y ajustar los planes de ventas propuestos para el año que se acaba.

Así empiezan las campañas de los comercios que se extienden a los alimentos, bebidas y reuniones familiares, laborales y religiosas.

Pero, agrega, no todas las personas comparten este sentimiento de alegría. Hay algunas que se entristecen en esta época porque pasan solas o han tenido pérdidas familiares recientes, sobre todo en estos dos últimos años de pandemia. En este contexto se lleva a cabo la alimentación diaria y de las festividades.

“No me agrada generalizar cuando analizamos conductas, particularmente la alimentaria, porque aún los “patrones saludables de alimentación” bien establecidos por años pueden alterarse en condiciones tan particulares como la pandemia y Navidad que estamos atravesando”, asegura Egas.

Opina también que, como parte de nuestro comportamiento cultural, nos reunimos con familiares, amigos, vecinos y en casi todos los casos compartimos con alimentos y bebidas. Así la oferta alimentaria se vuelve generosa y casi millonaria en “energía”. Todo esto sin tener una tristeza o emoción acompañándonos.

Por ello, «considero que no deberíamos referirnos a ingestas por ansiedad”. Más bien, estos diagnósticos de ansiedad y depresión deberían se otorgados por algún agente de “salud mental” con criterio clínico como el médico psiquiatra.

“Nosotros deberíamos hablar de “patrones alimentarios” adecuados o inadecuados, que son producto de la ingesta excesiva de ciertos alimentos que podrían llevarnos a desarrollar conductas alimentarias alteradas”.

Egas indica que el aporte abundante o frecuente de alimentos refinados (arroz blanco, fideo, azúcar, postres, bebidas azucaradas o tortas navideñas) puede hacer que la persona no alcance a sentir “saciedad” por cuatro a seis horas seguidas.

¿La razón? Pues las ingestas frecuentes de estos alimentos (2 a 4 porciones) en un periodo de tiempo corto (4 horas) producirá picos de azúcar sanguínea que al descender rápidamente requerirán de nuevas cargas (con sensación de hambre), que con el tiempo confundirá al sistema metabólico.

La ansiedad y el estrés emocional

Mujer deprimida está sentada en el piso en época de navidad. Foto: Olya Kobrusera en Pexels.

Otra circunstancia que puede generar una situación parecida, dice Mariuxi Egas, es el estrés emocional prolongado que el cuerpo interpreta como un “estado de alerta sostenido” y que va a demandar mayores concentraciones de azúcar como combustible. ¡¡Por ello esa predilección por las harinas y dulces!! Sin embargo, aún no se ha podido demostrar una fuerte asociación entre ellos.

El doctor José Bejarano Baquerizo, especializado en Psiquiatría General en el New York Medical Collage de Staten Island, Estados Unidos, indica que la ansiedad se puede presentar en la época de Navidad como producto de estrés por distintas razones, y uno de los mecanismos de defensa mal adaptados es el exceso en el comer. Lo cual no sería fácil de notar por el individuo. Es importante también escuchar críticas constructivas de otras personas.

“La ansiedad puede traer recuerdos de nostalgia, melancolía, además de factores culturales, familiares, religiosos. Aparte de la presión de carácter social por el cual las personas tienden a comer más debido al volumen y riqueza de las comidas”.

Este comportamiento, agrega Bejarano, puede ocurrir en toda temporada de festividades a nivel de cualquier época de la vida de los individuos. Incluso ocasionar estragos en la relación de la familia por razones de salud, estética, costos, además de interrupción de la comunicación.

“Es importante tratar de notar cambios en nuestra conducta, salud física y emocional, además el saber escuchar y hablar con las demás personas”, asegura.

Estudio de la Nutrigenómica

En la actualidad, dice la doctora Egas, es en el campo de la bioquímica en el que se está analizando la influencia que ejercen ciertos compuestos bioactivos de los alimentos (químicos) sobre enzimas, receptores, promotores, transcriptores, etc., que interactúan con los genes en los seres vivos.

Estos son objetos de estudio de la Nutrigenómica, que se define como el estudio de la relación que existe entre los estímulos nutricionales y la respuesta de los genes.

Trucos para evitar comer en exceso

 

La Dra. Mariuxi Egas relata cómo evitar que la ansiedad te engorde en Navidad.
Dra. Mariuxi Egas

La doctora Mariuxi Egas sugiere lo siguiente:

1- Por ahora, durante estas fiestas, lo que nos queda es organizar nuestros horarios para respetar los tiempos de alimentación (desayuno, almuerzo y cena), así como las porciones habituales que consumimos.

2- Evitar doble almuerzo o cena.

3- Realizar actividad física, que implica desde caminar hasta bailar, lo que gusta mucho en nuestra cultura.

4- Dormir las horas necesarias para lograr el descanso, ya que la falta de sueño sí está asociada al aumento del apetito.

 5- Y recordar que “si hay abundancia de alimentos”, esta es una maravillosa oportunidad para poder compartir con los que no tienen, por ejemplo: www.agrandemoslamesa.com de Banco de alimentos-Diakonia. 

El Dr. José Bejarano es médico psiquiatra
Dr. José Bejarano

El psiquiatra José Bejarano  invita a:

 1- Reflexionar en los cambios de conducta que nos pudieran afectar en la salud física y emocional.   

2- Tratar de reconocer causas que pudieran ocasionar el cambio en hábitos alimentarios en épocas de festividades.

 3- Estar atentos a cambios en nuestra salud, peso, metabolismo.

 4- Poder oír comentarios de otras personas siempre y cuando estos no sean ofensivos.

5- Capacidad de comentar de posibles cambios alimentarios a las otras personas sin ofender, ya que las críticas pudieran producir más ansiedad.

6- Establecer un programa de ejercicio físico, que incluya meditación, relajación, plan de alimentación, vida más saludable en épocas de mayor tensión, como las fiestas de año nuevo.

7- Tomar una actitud más optimista y predisposición para disfrutar de las festividades de fin de año.

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