Tengo 30 años de edad y dos de casada. En realidad, les escribo porque necesito de su ayuda. Cuando conocí a mi esposo, de 32, conversábamos como amigos y hasta el noviazgo, todo estaba bien. Pero, ahora, con el matrimonio no hay diálogo. Trato de entablar una conversación importante con él y es imposible. Siempre está a la defensiva. Siento que nuestra relación no avanza, que no va a ningún lado, que no hay un rumbo, menos planificación, es como navegar un barco sin timón. Cuando empiezo a decirle cómo me siento al respecto. Dice: “¡Ya, ya, ya!”, o “¡Qué quiere que le diga!”. Y actúa como si no le importara nada. Él no toma en cuenta mi opinión y siempre cree tener la razón. Necesito que un experto analice mi caso, que me enseñe cómo lograr comunicarme con mi esposo. Aún no tenemos hijos.
Sara,
Guayaquil
RESPUESTA: No hay relación sin diálogo. ¿Querrá mantener la relación? Tienes que hacerte y hacerle la pregunta en concreto. ¿Quieres seguir conmigo? Yo solo quiero más comunicación. ¿Quieres saber cómo ambos podemos mejorar eso?
Por las contestaciones que me describes, veo que él tiene un esquema mental centrado en sí mismo. Tiene un marco de referencia interno que le hace creer, realmente, que tiene la razón y un esquema de poder que busca dominar la relación y que tú aceptes la forma NO ASERTIVA de comunicarse. “Ya, ya ya”. “Qué quieres que te diga?”, te dijo.
Debes aplicar una comunicación directa, mostrarte fuerte, no vulnerable, y llevarlo a dialogar francamente, hacerle la pregunta directa y sin anestesia, aunque eso te duela y genere un momento incómodo. Al parecer, hay algo que le molesta de la relación. Debes pedirle ser francos. Que te lo diga. Al parecer, eso que le molesta de ti, no sabe cómo manejarlo y de paso no quiere hacerlo por ego, pues él sabe que debe cambiar para que te sientas mejor, pero no sabe si el amor a ti le alcanza para eso. Está en modo negación.
Debes ser fuerte, proactiva y llevarlo hacia la franqueza, sin alterarte, siendo firme y manteniendo la templanza en todo este proceso. No te alteres, no te pongas agresiva y explora internamente qué puede a él molestarle de ti. Identifica en qué momentos, en particular, se evidencia fastidiado y analiza qué le dijiste o qué hiciste, que a él lo tiene con cierto fastidio.
A este problema, le hace falta más que diálogo. ¿El tema es cómo construirlo si él no quiere hacerlo? La decisión será tuya al final. Eres joven. Esperemos tu franqueza lo haga sentir que te puede perder y por ese temor ceda, acuerde conversar o te toque a ti transar, buscar ayuda profesional para reconstruir su comunicación y sanar la relación.
Miriam Rojas, comunicóloga y coach comunicacional, especializada en Comunicación para el Desarrollo.
