No quiero tener problemas legales en mi futuro matrimonio. Aún no me caso, pero aspiro que suceda en algún momento. Me preocupa el hecho de que mi futuro esposo sea alguien que tenga un oscuro pasado. Lo digo por las noticias que se escuchan o se leen sobre actos de corrupción, asesinatos, entre otros. Cuando uno está enamorado no investigamos los antecedentes de nuestra pareja. Solo vemos lo bonito que luce o nos dejamos llevar por la pasión o por el dinero. Me gustaría saber, desde el punto de vista legal, si es correcto que investigue a la persona con quien me voy a casar, dónde puedo acudir para que me informen sobre su historial. Y lo más importante, si luego de casarme surge un acto ilegal que desconozco ¿cómo me afecta como ciudadana y por ende a nuestro matrimonio?
Talía, Guayaquil
RESPUESTA: Estimada Talía: Muy interesante su pregunta. Es verdad, no acostumbramos a indagar sobre el pasado de una persona cuando estamos enamorados. Pero, creo que es imprescindible hacerlo, especialmente en estos momentos en que se dispone de la tecnología necesaria, debido a que hay muchos delitos que se cometen para hacer fortuna o incrementarla, como narcotráfico, sobornos o lavado de activos, en los cuales podría verse la pareja involucrada como autora, cómplice o encubridora.
Considero que, más allá de las indagaciones que se pueden hacer por medio del servicio gratuito de Consulta de Antecedentes Penales vía internet, que está disponible en la página web del Ministerio de Gobierno; y, la información que se obtiene a través de la del Consejo Nacional de la Judicatura (SATJE) y en la de la Fiscalía; o, de la búsqueda en el Google y cualquier otro navegador, o redes sociales, como Facebook por ejemplo, también debiéramos de utilizar la perspicacia.
Quiero decir que si el o la pretendiente no puede justificar sus excesivos ingresos de modo coherente, ya es una alarma que se enciende, llamando nuestra atención sobre estos hechos.
Del mismo modo, si, de súbito, aparece luciendo vehículos, ropa, joyas, o realizando viajes, etc., que no están acordes con sus recursos, habitual proceder o forma de vivir, nos debe llevar a pensar que el dinero con el cual se están adquiriendo o gozando de estos lujos tiene un origen ilícito.
También es síntoma de que algo anormal está ocurriendo cuando la persona recibe llamadas a horas inoportunas y se ausenta del hogar sin motivo aparente o creíble, o adopta un comportamiento inhabitual o extraño.
Lo importante es que, cuando se tenga la sospecha o la convicción, según los casos, de que la persona se halla involucrada en hechos delictivos, se tenga la suficiente prudencia para alejarse y cortar la relación de un tajo, de inmediato y para siempre.
Si luego de contraído el matrimonio se descubre que la pareja tiene un oscuro pasado, para la policía podría ser siempre un sujeto sospechoso. Si comete alguna infracción, como las señaladas, podría pensarse que el cónyuge o conviviente tiene o tuvo algo que ver en su cometimiento.
Hasta que se demuestre lo contrario, no obstante la presunción de inocencia de la que gozamos todos, puede transcurrir mucho tiempo y quedar algo detrás en el imaginario colectivo.
Por ello, no es recomendable dejarse llevar por la avaricia, la ambición o por las riquezas que, eventualmente, podamos gozar. Es preferible dormir con la conciencia tranquila a despertar a sobresaltos, porque pensamos que, en cualquier momento, la policía derriba la puerta de nuestra casa y terminamos tras las rejas, muchas veces dejando a nuestros hijos a la deriva, con vergüenza, y, con el mal ejemplo a seguir. El apellido y los buenos principios y valores no deben de perderse nunca.
Dra. Katia Murrieta Wong, abogada.
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