La mayoría de las personas tenemos traumas no identificados, que nos generan sufrimiento en el presente. De acuerdo con expertos, con estudios y con la filosofía budista, practicar la compasión es un camino seguro para liberarse de ellos.
Por Jackie Vargas
Se sentía feliz. Había encontrado a un chico que nuevamente la hacía sentir viva, hermosa, especial. Un hombre que a ella le atraía y que al mismo tiempo le suscitaba un interés. Ella sabía que él era. Y que fácilmente en un futuro podría vivir con él.
Sin embargo, un día, sin tan siquiera preverlo, él desapareció. Y no solo físicamente, sino también de sus mensajes. No volvió a responder ni a aparecer en su vida. Y ella se rompió. No solo por el ghosting, sino porque inconscientemente eso reavivó su pasado.
Un pasado en el que su padre abandonó su casa cuando era pequeña sin dejar rastro, y en el que, en sus dos relaciones anteriores, sus novios también desaparecieron de un momento a otro sin explicación.
Esto desencadenó una serie de pensamientos negativos acerca de ella misma que transmutaron en una profunda depresión, en una casi suicida. Y ella, sin comprender por qué sufría tanto, si tampoco lo conocía de mucho tiempo, se hundió, se creyó menos, se autodespreció, sintió que no valía y que todo lo que ella era estaba mal, porque “todos” la abandonaban sin tan siquiera un adiós.
Y es que este hecho desató uno de sus traumas del pasado. Y esta escena es solo una de las tantas que suceden debido a traumas no resueltos, traumas que afectan a nuestra salud mental, y la debilitan. Casi todas las personas tienen traumas de la infancia, más o menos intensos, y la mayoría se han dado cuenta de que los tienen.
Trauma no resuelto o ignorado
Según Gabor Maté -doctor, escritor, orador y experto en trauma, adicciones, estrés y niñez-, no es las cosas que te han sucedido, sino lo que pasa dentro de ti como resultado de las cosas que te han sucedido. Muchas personas desconocen sus propios traumas e incluso, las verdaderas raíces de sus emociones, y por ello se generan bloqueos tanto en la mente como en el cuerpo.
De acuerdo con las investigaciones de Maté, el trauma no resuelto o ignorado crea su guarida en el cuerpo físico, y muchas veces se transmuta a enfermedades de todo tipo. Sin embargo, existen diversos métodos para aprender a regular nuestras emociones y sanar.
Generar amor y compasión
De acuerdo con la filosofía budista, generar amor y compasión hacia uno mismo y los demás, es un camino seguro hacia la propia felicidad. Gonzalo Brito, psicólogo clínico, coincide con esta filosofía, y por ello decidió profundizar acerca de la compasión y creó sus propios programas de entrenamiento y cultivo de la misma en cultivarlamente.com.
En una conversación con María Macaya, directora de Fundación Radika, Brito explicó que trauma es la respuesta que tenemos frente a eventos que nos desbordan, y que nos hieren de una manera que se nos hace muy difícil, comprender, integrar y pensar sobre algo que nos ha pasado. Esa desconexión de la experiencia es lo que causa una reacción no comprendida luego. Tanto él como María buscan crear una sociedad más compasiva.
Fundación Radika es una organización sin ánimo de lucro con la misión de mejorar el bienestar emocional y mental de las personas; y aquí, María y Gonzalo han organizado un curso llamado Trauma, Compasión y Regulación Emocional que impulsa a trabajar específicamente estas áreas y en el descubrir cómo sanar.
Desbloquear los traumas
Existen diversos tipos de trauma, unos más perceptibles que otros. Algunos surgen a raíz de hechos específicos como una muerte cercana, agresión, violencia o guerra, y otros a raíz de situaciones más sutiles como un abandono en la infancia, unos padres no afectivos, bullying, padres controladores, maltrato psicológico, etc. Por esta razón, los profesionales de la salud coinciden en la importancia de descubrir y profundizar en estos traumas para luego desbloquearlos.
En uno de sus libros, el guía espiritual y escritor alemán, Eckhart Tolle revela que una de las claves para liberarse del propio sufrimiento, es cortar la identificación con el pasado y el futuro para así habitar el presente y acceder al Poder del Ahora, como se llama uno de sus libros más famosos.
En su libro, Tolle escribió: “Los problemas son creados por la mente y necesitan el tiempo para sobrevivir. No pueden sobrevivir en la actualidad del Ahora. Concentra tu atención en el Ahora y dime qué problema tienes en este momento. No recibo ninguna respuesta porque es imposible tener un problema cuando la atención está completamente en el Ahora.”
Sin embargo, el trauma infantil es algo que muchas veces se aferra al inconsciente y es evadido para evitar el dolor. En las escuelas, aún no se enseña acerca del trauma o de la gestión emocional, y esto, según Maté, hace que los niños no sepan cómo discernir sus sentimientos.
Métodos para trabajar el trauma
En estos días, existen diversos métodos para trabajar el trauma: A través de la terapia, de la meditación, del mindfulness, del Yoga Sensible al Trauma y del autoconocimiento. Pero, para todo ello, se requiere valor y apertura. Es la única forma de permitir que la sanación se desenvuelva.
Existe un arte japonés llamado Kintsugi, en el cual cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.