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Foto: Freepik

Tengo 42 años y quiero ser madre. Me han dicho que a mi edad es riesgoso embarazarme porque mi bebé puede nacer con problemas de salud, en especial genéticos. Hace años me detectaron un mioma, pero me dijeron que mientras no me moleste no pasa nada. Menstrúo cada mes, sin embargo, noto que va disminuyendo la cantidad de sangre, y me da miedo llegar a la menopausia temprana. Todas estas inquietudes necesito que las aclare. Sobre todo, me gustaría saber cómo debo preparar el cuerpo para embarazarme sin complicaciones.

 

Mindi,

Guayaquil

RESPUESTA: Estimada Mindi. Si bien querer ser madre es parte de una decisión personal, también debe ser asumida con responsabilidad. Sobre todo, en edades en que nosotros los ginecólogos consideramos que conllevan a un embarazo de alto riesgo.

Por lo que usted comenta, asumo que sería su primer embarazo. Es relevante saber que la tasa de fertilidad en pacientes por encima de los 40 años disminuye a un 5%. Eso quiere decir que 5 de 100 mujeres podrían embarazarse.

Si una mujer presenta disminución del flujo menstrual, es necesario someterla a estudios hormonales. Sirven para determinar una óptima función ovárica y descartar cualquier sospecha de menopausia temprana (cese de la menstruación) que disminuya aún más las posibilidades de concepción. Por ello, con la finalidad de disminuir riesgos, es aconsejable someterse a un exhaustivo control preconcepcional.

Es importante también valorar el índice de masa corporal que incluye peso y talla, pues un peso cercano al normal sería lo ideal. Además, es necesario la práctica de la actividad física de manera constante y tener adecuados hábitos nutricionales. Como, por ejemplo, evitar sustancias irritantes como el exceso de café, gaseosas y bebidas alcohólicas. 

No obstante, lo que sí debe prevalecer en su alimentación son las comidas saludables, como los alimentos frescos, el evitar enlatados y embutidos;  y carnes de preferencia con bajo contenido de grasa y porciones adecuadas de carbohidratos.

También debemos tener en consideración el tamizaje de enfermedades infecciosas que pueden complicar el desarrollo fetal, o que se transmitan al feto por medio de la placenta. Estas incluyen toxoplasmosis, citomegalovirus, virus de la rubéola, herpes, descartar la presencia de sífilis y el virus de inmunodeficiencia humana. 

Incluso se investigan los niveles, ya sea de hemoglobina (descartar anemia), presión arterial, glicemia (azúcar en la sangre), hormonas tiroideas y citología de cérvix, conocida como prueba de Papanicolaou.

Además, se recomienda la ingesta de ácido fólico, mínimo 3 meses antes de la gestación, tanto para la madre como para el padre. Estudios indican que su consumo mejora la función de las gónadas (ovarios y testículos), y que disminuyen los defectos de tubo neural en el periodo embrionario.

En cuanto al riesgo de que un bebé nazca con malformaciones genéticas, según estudios científicos, el peligro aumenta con las edades. Por ejemplo, 1/600 nacimiento en el grupo de 20 a 29 años; 1/164 nacimiento en el grupo de 35 a 39 años; y 1/33 en las mujeres mayores de 39 años. Su detección es posible mediante una ecografía del primer trimestre o una amniocentesis (estudio de líquido amniótico, principalmente cariotipo).

En relación con el mioma que usted menciona, es necesario tener más detalles, como el tamaño y la ubicación del mismo, para poder determinar su posible afectación en un embarazo.

Espero que esta información le sea útil para la toma de una decisión tan importante, que involucra desde el momento de la concepción a la madre y al hijo. Recuerde el bienestar de ambos es una tarea tanto del profesional de salud como de la madre en gestación.

Dra. María Fernanda Mosquera Rodríguez, gineco-obstetra

Teléfono: (593) 99-841-3378

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