Hacer ejercicios y mantener una alimentación saludable son dos pilares necesarios para prevenir la diabetes. Los endocrinólogos Manuel Navarro y Paulina Flórez explican qué hacer para alejar este mal de ti.
Por Sheyla Mosquera
Si te conviertes por descuido en una persona diabética, tendrás que aprender a controlar esta enfermedad. Si no lo haces, ella lo hará. No solo dañará tus órganos, sino que puede acabar con tu vida de una manera lenta y dulce.
A nivel mundial existen 422 millones de diabéticos y 1.5 millones de muertes cada año por causa de la diabetes. Son datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso tienes que hacer prevención.
Según el endocrinólogo Manuel Navarro Chávez, los factores de riesgo para desarrollar diabetes son: Más de 45 años de edad, obesidad, haber padecido de diabetes gestacional y ovarios poliquísticos.
Además, problemas cardiacos, hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, trastornos de los triglicéridos y, por supuesto, el sedentarismo y falta de dieta.
También agrega otros factores. El de ciertas patologías que son tratadas con drogas que tienden a producir hiperglicemias (glucosa alta en sangre). Y el genético familiar, que puede incidir en la presentación.
La diabetes es una enfermedad crónica e irreversible del metabolismo. Se caracteriza por un exceso de glucosa o azúcar en la sangre y en la orina.
Se origina cuando el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina (hormona del páncreas) que el cuerpo humano necesita. O cuando no es capaz de utilizarla con eficacia.
La afección se presenta de dos maneras. Como diabetes mellitus tipo 1 y la diabetes mellitus tipo 2. Ambas son patologías que tienen muchos genes en su origen.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune y se manifiesta en edades tempranas (niños y jóvenes), además depende de factores virales.
En cambio, la diabetes mellitus tipo 2, explica Navarro, puede aparecer pasado los 40 años, aunque no hay una edad exacta. Incluso hay otra clase que se manifiesta en la tercera edad.
“De 10 pacientes con azúcar en la sangre, 8,5 son del tipo 2 y se presenta a diferentes edades. Por ejemplo, los niños entre 10 a 14 años pueden desarrollarla”.
También existe otra clase de diabetes tipo 2. Que se muestra en los adultos jóvenes, entre 20 y 25 años, y se denomina MODY. Por sus siglas en inglés significa Maturity Onset Diabetes of Young (diabetes de la edad madura que se presenta en el joven).
Es monogénica, es decir, tiene su origen en un solo gen. Además, el factor medio ambiental (estrés, infecciones virales, dieta inadecuada, falta de ejercicio, sedentarismo) es un desencadenante para la presentación de esta afección.
“Adicional, la diabetes puede ser la primera forma clínica de presentar un cáncer” asegura el especialista.
¿Qué tan peligrosa es la diabetes?
El exceso de glucosa produce complicaciones. Por ejemplo: ceguera, insuficiencia renal, amputación no traumática, disfunción sexual y polineuropatía (daño en los nervios).
Los diabéticos, dice el endocrinólogo, también sufren dos a tres veces más, que la población general, infartos del miocardio, insuficiencia cardiaca, isquemia cerebral, cirrosis hepática, demencia vascular y cáncer.
“Me parecen datos interesantes para no padecer dicha enfermedad, por la seriedad de estas complicaciones y los gastos sanitarios que demanda”, asegura Navarro.
Incluso, con la presentación de la Pandemia por la COVID-19, los diabéticos tienen alto riesgo de contraerla.
“El cuadro clínico puede ser más severo, con la posibilidad alta de terminar en una sala de cuidados intensivos de un hospital y contraer infecciones adicionales”.
¿Tienes la sangre dulce?
Para saber si eres o no diabético, hay que determinar los síntomas clásicos de una descompensación metabólica producto de una elevación de glucosa, según la endocrinóloga Paulina Flórez Cuevas.
“A menudo ocurre si el valor del azúcar está por arriba de 180 mg/dl en sangre”.
Entonces los síntomas que puedes experimentar son: poliuria (orinar mucho), polidipsia (bastante sed), polifagia (mucha hambre) y pérdida de peso.
También ayuda si te sometes a tres exámenes de sangre:
1- Si los resultados de dos pruebas de glucosa en ayunas son iguales por encima de 126 mg/dl.
2- Si la hemoglobina glicosilada (HbA1c) está por arriba de 6.5 % o más. Esta prueba sirve para medir el promedio de glucosa en la sangre durante los últimos tres meses.
3- Y si el examen de tolerancia a la glucosa está por arriba de 99 mg/dl o por debajo de 126 mg/dl.
Cuando un paciente tiene la glucosa alterada en ayunas entre 100 mg/dl y 125 mg/dl no es una enfermedad, sino una condición de laboratorio.
En este caso, dice Flórez , es necesario que te realicen la prueba de tolerancia oral a la glucosa y que te la midan dos horas después.
“Un valor hasta 140 mg/dl es normal. Si está entre 141 mg/dl y 199 mg/dl es prediabetes. Y por arriba de 200 mg/dl o más, significa diabetes”.
Subir de peso crea más problemas
Los pacientes con diabetes pueden subir de peso. Se debe, agrega Manuel Navarro, al consumo excesivo de hidratos de carbono, que crean a su vez hiperinsulinismo e insulinoresistencia.
En el primer caso, la insulina en la sangre es mayor a la normal; y en el segundo, las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a los efectos de la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre.
También se crea la obesidad visceral. Es decir, la formación de grasa en el abdomen y alrededor de los órganos internos.
“Al principio el organismo la compensa, pero luego los factores de defensa del cuerpo ceden y la enfermedad se desarrolla”.
Según la endocrinóloga, el sobrepeso genera resistencia a la insulina. Por lo tanto, con el tiempo produce prediabetes y luego diabetes.
“Mientras menos peso tengas, mejor será el funcionamiento de tu insulina. Es decir, no vas a tener resistencia y con ello vas a alejar la posibilidad de convertirte en una persona diabética”.
Para evitar sufrir de diabetes tipo 2, tienes que mantener el peso adecuado de acuerdo a tu estatura. Sobre todo, si tienes antecedentes familiares de azúcar alta.
Por ejemplo, que tu índice de masa corporal (IMC) normal sea menor a 25. La fórmula del IMC es peso en kilogramos dividido para la talla en metros cuadrados.
“Con respecto a la diabetes tipo 1, es una lotería o mala lotería, que le puede caer a cualquiera. No depende del peso, sino de una deficiencia de insulina”, asegura Flórez.
La investigación de la diabetes, recalca Navarro, siempre está dirigida a factores genéticos y a proteínas que puedan desencadenar la enfermedad. Incluso a nuevos fármacos que sean más fisiológicos.
Evita ser una persona diabética
Si no quieres convertirte en un diabético, tu prioridad será hacer prevención: dieta y ejercicios.
Los estudios, refiere Manuel Navarro, han demostrado que ninguna droga es superior a estas dos recomendaciones.
“En mi consulta hospitalaria y en la privada y en las charlas por intermedio de la AECE (Asociación de Clínicos Endocrinólogos del Ecuador ) siempre recalco la dieta y el ejercicio, como las bases en que se solidifica esta enfermedad. No hay que consumir azúcares rápidos y los lentos, no mezclarlos. Además, se debe hacer ejercicios aeróbicos.”
Paulina Flórez te sugiere mantener una rutina de ejercicios a diario y, de preferencia, en la mañana. Aunque, siempre dice a sus pacientes que mientras los realicen, no importa la hora.
Lo fundamental es que te crees un horario establecido para practicar los ejercicios como una obligación, igual que lavarte los dientes o desayunar.
Los ejercicios son los mismos, tanto para una persona sana no diabética como para quien sufre la enfermedad o está en riesgo de padecerla. “Te sugiero los aeróbicos con anaeróbicos”.
El aeróbico (caminar, nadar, trotar o andar en bicicleta) mejora la parte cardiovascular y te hace perder libras de más. Mientras que el anaeróbico (con levantamiento de peso, jalada de cuerdas o contra el propio peso corporal) te genera musculatura.
Hacer ejercicio forma receptores insulínicos, que ayudan a mejorar la utilización de la insulina. Por lo tanto, alejas de tu cuerpo: la resistencia a la insulina y a la diabetes.
Mantén un plan de alimentación saludable
También es importante que mantengas un plan de alimentación saludable. Los pacientes, dice Flórez, deben ser valorados, ya sea por un nutricionista, un nutriólogo o un endocrinólogo. Son profesionales que te podrán guiar acerca de lo que puedes o no comer.
El programa de nutrición consiste en las tres comidas principales: desayuno, almuerzo y cena, y adicional las dos colaciones: a media mañana y media tarde. Incluso al acostarse, si el paciente se aplica insulina.
En cuanto a la administración de la medicina, oral o inyectable, la persona diabética debe cumplirla tal como el médico la prescribe a determinada hora del día. Esta dependerá del estado de salud del afectado. Puede ser antes o después de las comidas, entre otros.
Por último, la información debe ser clara y comprendida