Por la efectividad y seguridad que arrojan los estudios a los vacunados contra el COVID-19, realizados en Chile y Estados Unidos, los pediatras entrevistados dicen sí a la vacunación. Foto: CDC en Pexels
Por Cecilia Alvarado
La incertidumbre en torno a la vacunación aún permanecen en madres como María José Magallanes, de 3 pequeños entre 3 y 7 años, y Selene Peredo, mamá de 3 niñas de 3, 10 y 14. Se contagiaron uno detrás de otro, incluida la mamá, con síntomas parecidos a COVID-19.
Según María José, sus niños se enferman muy seguido y esta última vez los llevaron al hospital Roberto Gilbert de Guayaquil porque los síntomas resultaron más fuertes.
“No los he vacunado contra COVID-19 porque han estado enfermos. Mientras tanto estoy investigando, he visto mucha información negativa”, señala María José. Ella ahora va a vacunar a sus hijos porque es un requisito que le piden en la escuela.
Por el contrario, las hijas de Selene fueron vacunadas con dos dosis de dos tipos de vacunas. Las mayores pasaron un par de días en cama con síntomas leves. La pequeña de tres años estuvo una semana en cama y los síntomas de decaimiento eran visibles.
Selene manifiesta que llevó a vacunar a sus hijas porque no quiere verlas en las UCI. “Las personas que no se han vacunado he visto que regresan graves a la unidad de cuidados intensivos y no quiero que mis hijas y yo estemos así”.
“Dije sí a la vacunación contra la COVID-19 porque prefiero a mis hijas con menos riesgos de morir”, afirma Selene.
En el mundo hay más de 500 millones de infectados por COVID-19. Hoy, hay nuevas variantes y subvariantes del virus y la Organización Mundial de la Salud (OMS) está preocupada por la presencia de la XE.
Esta variante es muy contagiosa y virulenta. Actualmente, las primeras dos dosis de las vacunas ya no atenúan los síntomas del virus, por lo que la aplicación de la 4ª. y la 5ª. dosis es necesario, para contrarrestar las nuevas variantes y subvariantes.
La investigadora ISGlobal (Instituto de Salud Global de Barcelona) descubrió que en niños menores de 5 años, Ómicron provocó alrededor de 7 veces más infecciones, pero con desenlaces menos graves.
Del mismo modo, un estudio de Italia, que siguió a pacientes hospitalizados por COVID-19, sugiere que la vacunación en los meses siguientes a la infección reduce el riesgo de desarrollar síntomas de COVID prolongados.
Al mismo tiempo, recientes estudios en Chile demuestran que los niños de 3 a 5 años, pueden recibir las dosis pediátricas completas de la vacuna contra la COVID-19 por su alta efectividad y seguridad.
Los estudios son de reciente aparición, el 15 de marzo los últimos que se publicaron con la experiencia en Chile y, a fines de febrero, los que se publicaron con la experiencia en Estados Unidos de la vacuna de Pfizer pediátrica.
Un principio pediátrico
El pediatra doctor Luis Sarrazín Dávila, exministro de Salud del Ecuador, contesta:
“Hay un principio pediátrico inviolable: jamás inyectar una droga experimental a un niño menor de 12 años. Todas las vacunas contra COVID-19 son experimentales”.
Luego añadió: “Ningún estudio ha superado las leyes de la pediatría”
Las vacunas COVID pasaron de ser experimentales
La doctora Dolores Freire, infectóloga pediatra de Solca (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer del Ecuador), explica que las vacunas para COVIC-19 ya pasaron la fase de ser experimentales.
“Las vacunas para COVID-19 que ya han sido aprobadas por organizaciones internacionales han cumplido con los estudios que se requieren para que sean autorizadas”, afirmó.
Usualmente para que una medicina, una droga o una vacuna sea aceptada requiere pasar por estudios fase 1, fase 2, fase 3 o fase 4.
Los estudios fase 4 se hacen luego de que ya salen a probarse en la población y, en este caso, las vacunas COVID para niños están en fase 3.
Y otras ya en fase 4. O sea que se están viendo ya estudios de efectividad en la población en tiempo real, aseguró Freire.
“El término experimental no aplica aquí porque ya tenemos estudios que han indicado que esta vacuna es segura y efectiva en pediátricos”, reiteró la especialista.
De los efectos secundarios graves relacionados con las vacunas destacó que llegan a ser máximo tres casos por un millón, “si hablamos de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco)”. Mientras que de otros efectos que pueden causar las vacunas, “son mucho menores en niños más pequeños de lo que hemos visto en adultos”, aclaró.
Por ejemplo, casos de trombosis (formación de un coágulo en un vaso sanguíneo -arteria o vena-), que se dieron en adultos, no se han visto en niños.
Por eso, reitera Freire, se deben balancear riesgos y beneficios. La información sobre vacunación siempre hay que ponerla en la perspectiva de riesgo-beneficio. No vacunarse es un riesgo para enfermedad severa, es la experiencia que hemos tenido hasta ahora.
“No son respuestas absolutas, pero sí como profesional de la salud mi recomendación es hacia vacunar poniendo en una balanza la información que ya se tiene y los beneficios obtenidos”, aclara la doctora Freire.
Recomendó vacunar a sus nietos
Un caso muy particular sobre este tema es el que le ocurrió al doctor Johnny García Espinoza. Él no daba crédito a las vacunas contra la COVID en niños, pero luego que investigó por su cuenta, en enero de 2021, recomendó que sus nietos sean vacunados.
“La idea es simple, si la variante del SARS-CoV-2 lleva a un niño a intensivos, la posibilidad de muerte es alta, si esta posibilidad se reduce al 100 por 100 en niños de 5 a 11 años, yo como padre pienso en salvarle la vida”, reitera el doctor García, quien es especialista en anestesiología.
En enero de 2021 que recomendé que se vacunaran mis nietos, la eficacia frente a la hospitalización para niños entre 12 y 17 años era del orden del 85% y a finales de enero de 2022 era del 73%. En el grupo de edad de 5 a 11 años descendió del 100 al 48%.
Con microorganismos muertos
Todas las vacunas disponibles para COVID-19 son de microorganismos muertos, explica la pediatra infectóloga de Solca, Dolores Freire: “Eso quiere decir que no existe la posibilidad de que al vacunar contra la COVID el virus cause una enfermedad”.
Agregó que de hecho aquellos pacientes que tienen inmunosupresión (sida, cáncer), que quiere decir que tienen sus defensas más bajas, son aquellos que tienen prioridad para ser vacunados.
Se crean anticuerpos
Pravda Frías Gómez, jefa de la Unidad de Pediátricos (Emergencias) del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, asegura que siempre será mejor estar vacunado que no estarlo.
Es una ventaja suprema ante la no vacunación porque se hace reconocimiento del agente infeccioso y se crean anticuerpos. Las probabilidades de que la enfermedad se presente de manera complicada disminuye, añade Frías.
Los nuevos estudios que se hicieron en Chile dispusieron ya la vacunación para los menores de 5 años, y pienso que en realidad debería incluirse la vacunación para COVID-19 por la alta incidencia de casos, destaca la funcionaria del IESS .
Ventajas de vacunar a niños contra COVID-19
Según Dolores Freire, el beneficio de vacunar a niños pequeños se reduce a 3 puntos:
1. Disminuir síndrome inflamatorio multisistémico.
2. Disminuir enfermedad grave, sobre todo en pacientes más vulnerables
3. Disminuir la transmisión hacia otros adultos vulnerables.
Recomendaciones para después de vacunar
La pediatra Pravda Frías Gómez, jefa de la Unidad de Pediátricos del hospital del IESS, ofrece las siguientes recomendaciones.
1. Mantener la zona de aplicación de la vacuna limpia, dar algo de Paracetamol para el dolor, colocar compresas de agua gular para que no se inflame la zona de aplicación.
2. El reposo, la hidratación y en caso de fiebre, mantener hidratado al paciente.
3. En 24 horas los niños están recuperados del dolor en la zona de aplicación de la vacuna.