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El urólogo José Antonio Grandez-Urbina muestra la máquina que emite ondas de choque contra la disfunción eréctil. Foto: Cortesía.

La terapia de ondas de choque focales es otra alternativa que permite la formación de nuevos vasos sanguíneos, para tratar la disfunción eréctil de origen vascular.

Por Sheyla Mosquera

La disfunción eréctil (DE) es la dificultad para conseguir o mantener una erección satisfactoria hasta el final del acto sexual.

Desde hace tiempo se sabe que es una afección común que ocurre a muchos hombres a partir de los 40 años y que la mayoría de los casos de DE tiene una causa física; sin embargo, es más frecuente en las últimas décadas de la vida.

Por lo cual, la ciencia médica ha dispuesto de varias opciones de tratamiento, como fármacos, cirugías, implantes, bombas de succión, inyecciones en el pene, terapia psicológica, cambios en el estilo de vida y la nueva terapia regenerativa de ondas de choque focales.

En relación con las ondas de choque. Fue en 1973 cuando un grupo de investigación liderado por el doctor Christian Chaussy, en Alemania, empezó a estudiar la técnica. Pero fue un 7 de febrero de 1980 cuando se la aplicó por primera vez para fragmentar cálculos en los riñones (litotricia).

Después el método fue evolucionando. Se lo empleó en traumatología y ortopedia, por sus beneficios de regeneración de células óseas y acelerar el proceso de consolidación de fracturas.

Y a partir de 2010 se presentó el primer estudio piloto de ondas de choque de baja intensidad en disfunción eréctil. Lo realizó el Dr. Yoram Vardi y sus colaboradores en Israel, cuya conclusión fue que hubo un mejoramiento de la DE.

Para el urólogo peruano José Antonio Grandez-Urbina, las ondas de choque focales contra la DE producen un efecto regenerativo del tejido cavernoso y de neoangiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos).

La disfunción eréctil se debe a una disminución del flujo arterial, sea por lesiones existentes o por la presencia de placas de grasas o fibrosis.

Entonces, al aplicar las ondas de choque, estas estimulan la formación de nuevas arterias, cuyo objetivo es permitir que se mantenga mejor una erección.

Este método va dirigido de manera especial a los hombres que padecen de diabetes, hipertensión, arteriosclerosis, fumadores o jóvenes que hayan consumido antidepresivos, ya que presentan disfunción vasculogénica (alteración de los vasos sanguíneos).

Y que, además, han tenido respuesta a un grupo de fármacos llamados inhibidores de la fosfodiesterasa 5, como son: el sildenafilo, vardenafilo o tadalafilo. “Reacción que confirma la existencia de un daño vascular”, añade el urólogo.

¿Por qué las ondas de choque crean más vasos sanguíneos?

Las ondas de choque generan mayor cantidad de vasos sanguíneos debido a la estimulación de las células madre que incrementan unas sustancias conocidas como factores de crecimiento vascular Tipo 1 (VEGF1), según el doctor Grandez-Urbina.

Al mismo tiempo, las ondas de choque incrementan la migración de las células madres de la médula ósea hacia el pene. Estas cumplen dos funciones en el órgano: disminución de la cicatrización a nivel de fibroblastos (células que ayudan a formar tejido conectivo) y aumento de generación de nuevos vasos sanguíneos en un proceso llamado: Angiogénesis.

“Y al incrementar el flujo sanguíneo dañado muchas veces por la arteriosclerosis, mejora la erección”, añade.

Múltiples estudios han demostrado la eficacia

El doctor Grandez-Urbina indica que existen múltiples estudios sobre la eficacia de las ondas de choque. Sobre todo, se han encontrado investigaciones asociadas a disfunción eréctil de origen vascular.

Las indagaciones fueron realizadas mediante ensayos clínicos aleatorizados y metanálisis.

Los ensayos se hicieron con la participación de pacientes asignados a grupos al azar, para comparar el efecto de las ondas de choque versus un placebo u otro tratamiento. En cambio, el metanálisis analizó los datos de diferentes estudios.

También se han realizado investigaciones experimentales, metanálisis y revisiones sistemáticas en el uso de ondas de choque de baja intensidad focales en el tratamiento de prostatitis crónica abacteriana (no infecciosa) y enfermedad de Peyronie (cicatriz fibrosa dentro del pene que causa erecciones curvas y dolorosas).

“En realidad, las ondas de choque ayudan a regenerar vasos sanguíneos, por lo que se indican en su mayoría para disfunción eréctil de origen vasculogénico”, recalca el urólogo.

Sin embargo, en la actualidad existen estudios donde se evidencia un incremento con respecto a la regeneración de células de Schwann.

Estas células son neuronas que se encuentran en la placa mioneural (conexión entre el nervio y el órgano) y podrían mejorar los daños neurológicos ocasionados por neuropatías periféricas como en posoperados de prostatectomía radical (extirpación de la próstata).

¿Cómo se aplican las ondas de choque?

Las ondas de choque focales se aplican en el pene con una máquina de última generación capaz de emitir pulsos piezoeléctricos (energía mecánica).

Estos pulsos se transforman en energía electroacústica (ondas acústicas) al impactar a una determinada distancia en la superficie del pene.

Las ondas, que pueden ser de baja a moderada intensidad, ingresan al nivel donde se encuentran las arterias cavernosas del pene, donde las estimulan y las regeneran.

Sin embargo, antes de ser aplicadas, el paciente debe someterse a una ecografía doppler del pene para determinar en qué condiciones se encuentran las arterias y el nivel de flujo sanguíneo.

El tratamiento con ondas de choque no causa dolor, aunque en algunas circunstancias se puede percibir una ligera sensación de punzadas que son bien toleradas por el paciente.

Incluso, añade Grandez-Urbina, las ondas se aplican en combinación con inhibidores de la fosfodiesterasa 5, L-arginina y con plasma rico en plaquetas.
Según estudios, las sesiones que requieren los pacientes abarcan de 6 a 12 dependiendo de la severidad de la disfunción eréctil.

No obstante, algunos necesitan más sesiones hasta llegar a un nivel óptimo de flujo vascular medido a través de la ecografía doppler en el pene.

“Lo recomendable es una sesión por semana y el efecto dependerá de si el paciente tiene alguna enfermedad de base tipo diabetes o hipertensión y cómo estén controlados. En líneas generales puede durar de 1 a 2 años”.

Es importante conocer que el tratamiento con ondas de choque mejora la disfunción eréctil, pero la aterosclerosis y el envejecimiento van a continuar. Por eso es ideal hacer seguimiento y repetir la ecografía como control una vez al año, concluye Grandez-Urbina.

Bueno saber:

La nueva técnica de ondas de choque está disponible en Guayaquil desde los primeros días de agosto de 2022. En el Centro de urología de origen peruano, InSalud, situado en Joaquín José Orrantia González 125. Edificio Solaris, oficina 404. Teléfono: (+593) 97-974-4877

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